jueves, 1 de noviembre de 2012

El chisme, forma de violencia


Verónica Vázquez García, una investigadora de Postgraduados, explicó a BBC Mundo que en algunos casos, el chisme es utilizado como mecanismo de control social, discriminación por preferencia sexual o sometimiento de género, especialmente contra las mujeres.

El chisme como instrumento de violencia ocurre en todos los niveles de las sociedades, aunque existen sectores que son particularmente vulnerables como los adolescentes y las mujeres de comunidades rurales.

La investigadora Vázquez García ha hecho varios estudios sobre la relación del chisme y la violencia de género y más efectos en sus estudiantes. Puesto que sus estudiantes provienen de casi todo México, le permitió tener un panorama más extenso del país.

¿Quienes son más chismosos: los hombres o las mujeres?

Las encuestas son parte del estudio y éstas revelaron que tanto los hombres y las mujeres son igual de chismosos.

Y también, como en otros espacios, esta práctica puede convertirse en un mecanismo de sanción, algo que otros investigadores han encontrado en varios países.

Las víctimas del chisme pueden sufrir depresión, baja autoestima o problemas de adaptación, pero en sociedades fuertemente religiosas pueden tener consecuencias mayores.

“Se empieza a decir que tal chica tiene novio y el padre no lo permite. A estas chicas las pueden hasta matar”, advierte Vázquez García. De acuerdo con investigadores y organizaciones civiles, los chismes pueden orillar a algunas personas a quitarse la vida. En México no hay estadísticas del número de suicidios cometidos por esta causa.

Los chismes tienen temas variados como de índole sexual, apariencia física o desempeño profesional.

Algunos investigadores afirman que el chisme no siempre es negativo. Según ellos mediante ellos se sabe información que de otro modo no se sabría, esto es en el ámbito social. Como por ejemplo, instituciones donde no hay reglas claras de funcionamiento: la falta de comunicación interna se sustituye por las versiones contadas en pasillos.

Pero un chisme sí puede perjudicar la reputación de una buena persona. ¡Es algo mucho más serio de lo que pensamos!

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