El chimpancé. Imitan, aceptan enseñanzas y tienen cierta conciencia de la superioridad que les genera sus importantes capacidades.
El delfín. Hechos como el reconocerse individualmente, emitir sonidos parecidos a palabras y realizar tareas complejas los ubican en esta posición.
El pulpo. Aunque es poco lo que se habla de ellos, la verdad es que gracias a que deben aprender solos se desenvuelven bastante bien hasta el punto de ser llamados detectives marinos.
El cuervo. Pueden elaborar sus propias herramientas e incluso descubrir donde ocultan la comida otros animales.
El mono de la nieve. Recuerdan ubicaciones e incluso se distribuyen en clases sociales.
El caballo. Cuentan con una gran capacidad de memorizar y aprender mediante señas.
El cerdo. Pueden superar la inteligencia de un perro y su cerebro es bastante rápido.
Las abejas. Cuentan con una forma de comunicarse bastante sofisticada que incluye ubicaciones y detalles.
El perro. Finalmente nos encontramos con “el mejor amigo del hombre” que puede adaptarse a todo tipo de adiestramientos y que puede llegar a expresar ciertas emociones.
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