A una semana de la Navidad comienza el Año Nuevo. Muchos acostumbran comer doce uvas a medianoche, una por cada campanada. Esta costumbre fue heredada de algunas zonas españolas.
Al llegar el final de cada siglo y el comienzo de uno nuevo, se preparan en todo el mundo grandes celebraciones para festejar aún más la llegada del Año Nuevo. Así ocurrió también en el cambio de milenio. Asimismo, son frecuentes las historias, predicciones y supersticiones que hacen muchas personas
Las doce uvas de la suerte tomadas al comienzo de cada Año Nuevo es una costumbre supersticiosa reciente de principios del siglo XIX. El origen de esta tradición radica en la excesiva cosecha que se produjo por entonces, razón por la cual los cosecheros decidieron deshacerse de las uvas sobrantes sugiriendo que la gente las tomara al ritmo de las últimas campanadas del año
Muy difundido en Año Nuevo es el ritual de las 12 uvas que se colocan en la misma copa del brindis. Doce segundos antes de la medianoche, con cada campanada, se comen una a una las uvas mientras se “visualiza” todo lo que se desea alcanzar en el año que se inicia.
Para los niños rusos, el Año Nuevo viene a ser como la Navidad para la mayoría de los niños europeos. Y es que ese día pasa por sus casas el Abuelo del Hielo, una especie de Papá Noel autóctono que recorre el país repartiendo dulces, juguetes y muñecas matriuskas. Para conseguir estos regalos, los niños suelen bailar alrededor del árbol navideño y recitarle poemas al Abuelo del Hielo.
Los italianos inician la “notte di Capodanno” con una tradicional cena en la que las lentejas son plato imprescindible si se quiere tener un año nuevo repleto de buena fortuna. Esa noche,
muchas mujeres reciben como regalo lencería roja, que supuestamente les traerá suerte en el año que llega. Y en algunos lugares como Roma y Nápoles es costumbre también lanzar trastos viejos por la ventana: es una forma de terminar con el pasado y expresar el deseo de empezar una nueva etapa con buen pie.
Pasar la Nochevieja en Londres presenta varias opciones:
unos se concentran para despedir el año en Trafalgar Square o Picadilly Circus; otros prefieren acudir ante el Big Ben para entrar en el nuevo año al ritmo de sus campanadas.
A medianoche, la gente entrelaza sus brazos y todos a una entonan una antigua canción llamada “Auld Lang Syne”.
Al día siguiente, muchos niños se levantan pronto y se lanzan a las calles para deleitar a los vecinos con sus canciones a cambio de monedas o caramelos.
En Nochevieja, infinidad de parisinos salen a la calle para despedir el año. El lugar de concentración por excelencia son los Campos Elíseos: desde el Arco de Triunfo a la plaza de la Concordia, la famosa avenida queda atestada de gente dispuesta a recibir el 1 de enero con una buena botella de champagne. Los que se quedan en casa lo tienen más fácil para seguir la tradición: a medianoche hay que besarse y abrazarse bajo una rama de muérdago para conseguir buena fortuna en el año que llega.
El año nuevo o Hogmanay se celebra de forma peculiar en algunas poblaciones escocesas: los lugareños prenden fuego a un barril y lo hacen rodar por las calles envuelto en llamas; dicen que con ello permiten la entrada del año. En Escocia existe también una tradición llamada “first footing”, según la cual la primera persona que entre en una casa el primer día del año determina la suerte de la familia durante los meses siguientes. Para tener fortuna debe ser un hombre moreno,
y mucho mejor si es guapo.
Romper la vajilla no debe de estar mal visto en Dinamarca, por lo menos el día de Año Nuevo… Los daneses suelen aprovechar esa fecha para demostrar a sus seres queridos cuánto les aprecian. Y lo hacen lanzando ante sus casas
los platos viejos que han ido acumulando durante el año.
El número de buenos amigos que uno tenga será proporcional al montón de platos rotos que encuentre en su puerta.
Los austríacos despiden el año lanzando fuegos artificiales, bebiendo champán, tirando confetti o serpentinas, repartiendo besos… En definitiva, suelen hacer lo mismo que la mayoría de los humanos en Nochevieja. Si algo les hace diferentes, especialmente a los vieneses, son el típico Vals de Año Nuevo y el Concierto de Strauss que la Filarmónica de Viena ofrece puntualmente cada 1 de enero.
Los alemanes despiden el año viejo brindando en honor a San Silvestre,y reciben el año nuevo con petardos y fuegos artificiales que pretenden ahuyentar a los malos espíritus. Cuenta la tradición que es costumbre dejar en el plato,
hasta después de la medianoche, algunos restos de lo que se haya cenado, como una forma de asegurarse una despensa bien surtida durante el año siguiente.
FELIZ AÑO NUEVO en varios idiomas:
Glückliches Neues Jahr
A Guads Neichs Johr Olle Mitanand
Godt Nytår
Bonne Année
Bliadhna Mhath Ur
Happy New Year
Felice Anno Nuovo
S Novim Godom
No hay comentarios:
Publicar un comentario