Einstein fue un niño gordo y cabezón. Cuando nació, al ver la forma de la parte trasera de su cabeza, su madre y su familia creyeron que se trataba de una malformación.
El pequeño Einstein tenía dificultades para hablar. Hablaba muy lentamente y muy bajito. Le costaba construir frases enteras. Sus padres temieron que sufriese algún tipo de retraso mental hasta que, con 9 años, comenzó a hablar normalmente.
Una brújula despertó su interés por la ciencia. Ocurrió cuando Einstein tenía 5 años de edad y se encontraba enfermo en la cama. Su padre le regaló una brújula y el pequeño se quedó fascinado porque la aguja siempre apuntase al mismo lugar, lo que le hizo entender que había fuerzas que impulsaban a las cosas donde aparentemente no había nada.
Einstein no aprobó su examen de ingreso en la universidad. Superó las pruebas de ciencias y matemáticas pero suspendió otras materias como historia, idiomas y geografía. Hubo de acudir a clases particulares y realizar un nuevo examen para acceder a la universidad.
Tuvo un hijo ilegítimo. Fue en 1902, con su ex-compañera de estudios Mileva Marić con la que más tarde se casaría. Esta información se conoce a raiz de unas cartas del científico encontradas en la década de los 80.
Einstein se distanció de su primera mujer. Su fama y continuos viajes tuvieron como consecuencia este alejamiento afectivo de Mileva Marić Para solucionarlo la pareja acordó una especie de “contrato de convivencia”.
Estuvo enfrentado con su hijo mayor desde que su madre murió. Hans Albert, hijo mayor de Einstein, le culpó de la ruptura con su madre (Mileva Marić) y él se opuso durante un tiempo al matrimonio de Hans con Frieda Knecht.
Einstein tuvo multitud de amantes consentidas por su última mujer. Después de su divorcio con Mileva Marić, el genio se casó con su prima Elsa Lowenthal (despues de que la hija de esta lo rechazase). Se le atribuyen al menos 6 romances extramatrimoniales durante este matrimonio.
Instó a los EE.UU. a que construyeran una bomba atómica. A pesar de ser pacifista, Einstein, alarmado por el poderío nazi alertó mediante una carta al presidente de EEUU Franklin Delano Roosevelt, de las intenciones de los alemanes de crear una bomba atómica y se ofreció a colaborar para construirla. Roosevelt consideró la ayuda de Einstein un riesgo para la seguridad del proyecto y desestimó su colaboración.
El cerebro de Einstein se conserva y ha sido y es objeto de múltiples estudios. Thomas Stoltz Harvey, el médico que realizó la autopsia al cadáver del científico conservó su cerebro en un frasco y, tras obtener el permiso de Hans Albert Einstein, repartió trozos del mismo entre varios científicos. En el cerebro de Einstein había un número de células gliales muy superior a lo normal en la región del cerebro responsable de la síntesis de la información.
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