“Mi padre descubrió mi habilidad a los tres años, cuando resolví una multiplicación de mi hermana”, cuenta a Efe Wael, un niño tímido que responde sentado en un sofá del humilde apartamento en el que vive con su familia.
Tras ese hallazgo, un examen determinó que su coeficiente intelectual es de 155, una puntuación “muy alta” que le ha valido el apodo de “abqarino” (genio, en árabe) entre sus familiares y vecinos. No en vano, a los 9 años se matriculó en la Universidad Americana de El Cairo y actualmente continúa sus estudios de informática.
La inteligencia del pequeño ha hecho que su insólita historia salte a los medios de comunicación del país. Muchos le describen como “un niño, un ingeniero informático y un regalo de Alá”. Semejantes habilidades no han pasado desapercibidas para el gigante informático Microsoft, que ya hace seis años le regaló su primer portátil y que acaba de nombrarle experto tecnológico.
Wael pertenece a la generación de niños “hiperconectados”, para los que desenvolverse en Internet es lo más natural en su vida diaria. Todo, dice, está al alcance de su pantalla: “Si quiero saber algo tengo Google y Wikipedia, y si lo que deseo es conocer a alguien en el otro extremo del planeta está Facebook”.
Además de la informática, el niño habla varios idiomas (inglés, francés y árabe) y está más interesado en aprender nuevos conocimientos que en jugar por las calles de su barrio. Cuenta que su verdadero sueño es seguir los pasos del egipcio Ahmed Zewail, premio Nobel de Química en 1999, y ser un “científico especializado en informática”. Para conseguirlo, se levanta todos los días a las seis y media de la mañana y reparte su día entre un colegio internacional y las clases en la facultad. Una situación que a veces le hace sentir “como un adulto” y otras, en casa, simplemente se comporta como el niño que es.
“Los chicos de mi edad están orgullosos de tener a un amigo como yo en el barrio, pero otros piden que nadie juegue conmigo”, cuenta Wael, que en las vacaciones se dedica “sólo a jugar, jugar y jugar”.
Y con todo, todavía tiene tiempo para aficiones más comunes. Una de las pasiones de Wael es el fútbol. Según cuenta a la agencia Efe, le gusta mucho jugar y además es aficionado del equipo cariota. También, asegura, es fan del Barça, porque “tiene grandes jugadores como Messi”. Un niño fuera de serie.
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