El sistema braille no es un idioma, sino un alfabeto, con el pueden representarse las letras, los signos de puntuación, los números, la grafía científica, los símbolos matemáticos, la música, etc. Un verdadero alfabeto que consiste en leer moviendo la mano de izquierda a derecha, pasando por cada línea.
Los lectores de braille pueden leer un promedio de 104 a 125 palabras por minuto, hay quienes pueden alcanzar a leer 250 palabras por minuto utilizando ambas manos.
El braille suele consistir en celdas de seis puntos en relieve, organizados como una matriz de tres filas por dos columnas, que convencionalmente se numeran de arriba a abajo y de izquierda a derecha, tal y como se muestra en la siguiente figura:
Con la introducción de la informática, el braille se amplió a un código de ocho puntos, de tal manera que una letra individual puede ser codificada con una sola celda, pudiendo representar una celda cualquier carácter ASCII.
Louis Braille no sólo inventa el alfabeto: lo adapta a las matemáticas y a las ciencias, desarrolla un sistema de abreviaturas y lo que resulta más interesante lo adecúa también para la música, la llamada "musicografía".
El primer país del mundo en aceptar oficialmente el sistema braille como método de lectura y escritura para ciegos fue Brasil, en el año 1854.
El Banco Central del Paraguay, desde el año 2009 puso en circulación un billete de 2000 guaraníes con el sistema braille para los invidentes.
Las letras braille tienen un tamaño estándar. No deben ser agrandadas ni reducidas, porque ello dificulta su percepción táctil, ya que ha de ser percibida de forma completa cuando la yema del dedo se posa en ella.
Dado el hecho de que las letras braille tienen un tamaño único y que el papel que se emplea debe de poseer cierto grosor y resistencia, para que los puntos no se aplasten, los libros resultan bastante voluminosos. Para dar una idea del mismo baste recordar que "El Quijote" ocupa en braille 14 volúmenes de 200 páginas cada uno.
En los billetes canadienses se encuentran una serie de puntos que indican su denominación y pueden ser fácilmente identificados por gente con problemas de la vista.
En España es posible utilizar este sistema para emitir el voto de forma autónoma y anónima, lo cual supone un importante avance social para la integración de los ciegos y deficientes visuales severos.
A pesar de que el Braille fue ideado como el principal sistema de lectura y escritura para personas ciegas, en el Reino Unido se estima que, de entre dos millones de personas con problemas de vista, sólo entre 15.000 y 20.000 utilizan el sistema braille. La gente joven prefiere el texto electrónico, ya que es portátil y les permite comunicarse con sus amigos. Actualmente hay un debate abierto sobre cómo hacer más atractivo el braille, y cómo conseguir más profesores que sean capaces de enseñarlo.
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