Metro Goldwyn Mayer después de la primera audición de El Mago de Oz: “La canción esa del arco iris no es buena. Quítenla”.
La revista Variety afirma que el estilo de música rock’n’roll “no llegará a junio”. Esto se escribió en los primeros meses de 1955.
“No nos gusta su sonido, y la música de guitarras ya está dando sus últimos coletazos”. La discográfica Decca, al rechazar a los Beatles en 1962.
La productora de cine RKO sobre las pruebas de Fred Astaire. “No sabe cantar, no sabe actuar. Se está quedando calvo. Baila un poco”.
Chaplin sobre el cine sonoro: “A las películas les hace falta el sonido como a las sinfonías de Beethoven la letra”.
Universal Pictures en 1959 recomendando a Clint Eastwood que se buscara otro trabajo: “Tienes un diente mellado, te sobresale demasiado la nuez y hablas muy despacio”.
Emmaline Sniveli, la directora de Blue Book, una agencia de modelos sobre Marylin Monroe en 1944: “Es mejor que encuentres algo como secretaria o que te cases”.
Un crítico anónimo en 1895 sobre Alicia en el país de las maravillas: “Creemos que un niño de verdad quedará más confundido que deleitado con esta rígida y redundante historia”.
“Una orgía de estruendo y de vulgaridad” . Louis Spohr sobre la primera interpretación de La Quinta Sinfonía de Beethoven en 1808. También es verdad que la orquesta, dirigida por el propio Beethoven, no tocó bien; sólo habían ensayado una vez antes del concierto, y llegaron a parar la ejecución (de la Fantasía Coral) y empezaron de nuevo.
“Las composiciones de Johann Sebastian Bach carecen totalmente de belleza, de armonía y, sobre todo, de claridad”. Johann Adolph Scheibe, Der critische Musikus, en 1737.
“Walt Whitman tiene la misma relación con el arte que un cerdo con las matemáticas”. The London Critic en 1855.
“Rigoletto (de Giuseppe Verdi) es floja desde un punto de vista melódico. Esta obra no tiene ninguna posibilidad de formar parte del repertorio”. Gazette Musicale de Paris, 1853.
Carta de un editor a Flaubert sobre su Madame Bovary: “Señor, ha sepultado su novela en un cúmulo de detalles que están bien diseñados pero que son absolutamente superfluos”.
En el San Francisco Examiner en 1889 rechazaron la colaboración de un escritor con estas palabras: “Lo siento, Mr. Kipling, pero, sencillamente, no sabe cómo utilizar el lenguaje”.
“Es la obra de un loco”. Ambroise Vollard en 1907 sobre Las señoritas de Avignon de Picasso.
“En Cumbres Borrascosas, los defectos de Jane Eyre (la novela de su hermana Charlotte) se multiplican por mil. Bien pensado, el único consuelo que nos queda es que la novela nunca será popular”. James Lorimer en la revista North British Review en 1849 sobre, claro, Emily Brontë.
Milton Wright, el padre de los hermanos Wright, pioneros de la aviación dijo literalmente: “El hombre nunca volará, porque eso es para los ángeles”.
Virgina Woolf sobre James Joyce “Acabé Ulises y me parece un fracaso… El libro es difuso, pretencioso… Vulgar, no solo en el sentido común sino también en el literario. Quiero decir que un escritor de primera línea respeta demasiado el acto de escribir para permitirse hacer trampas”.
Lord Byron en 1814 en un carta dirigida a James Hogg: “El nombre de Shakespeare, pueden estar seguros, está colocado absurdamente alto y tendrá que bajar. No tenía imaginación para sus historias, ninguna en absoluto. Tomó todas sus tramas de novelas antiguas y montó historias en forma teatral, con tan poco esfuerzo como el que usted y yo necesitaríamos para volver a escribirlas en forma de historias en prosa”.
Lope de Vega en 1609: “De poetas, no digo: buen siglo es éste. Muchos en ciernes para el año que viene pero ninguno hay tan malo como Cervantes, ni tan necio que alabe a Don Quijote”.
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