Es el segundo año en el cual los parisinos y turistas pueden gozar del patinaje en la hermosa pista de 200m cuadrados. El primer día la pista se llenó al mediodía a pesar del frio viento, miles de patinadores disfrutan del patinaje y la gran vista panorámica que ofrece.
El año pasado, más de 1.000 patinadores por día se prodigaron sobre la superficie helada, "un éxito de público", según los organizadores de la iniciativa, que alquilan los patines a 5 euros.
La pista se mantendrá abierta cada día hasta las 22.30 horas, por lo que la caída de la noche no impedirá que los turistas sigan patinando bajo los focos de colores que la iluminan. Para los más pequeños, unos trineos ayudan a mantener el equilibrio. Es sin duda una ocasión muy particular y agradable.
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