El meteorito Sylacauga pasó a la historia al caer el 30 de Noviembre de 1954 en Alabama, E.U. Este meteorito cayó en la casa de Ana Hodges, fue un fragmento del tamaño de un pomelo que al caer perforó el techo de madera de la casa, atravesó las sucesivas capas y estantes de un mueble de madera dura, rebotó en una radio situada en una de las habitaciones y golpeó a Ann Hodges, de 31 años.
El meteorito generó una luz visible desde lejos y obviamente el caso se volvió famoso. Por ello, hubo una disputa por la propiedad del Meteorito, mientras que la Fuerza Aérea de Estados Unidos se llevaba el meteorito, el esposo de Ann, pedía un abogado para pedirlo de vuelta, para así venderlo y reparar la casa. Sin embargo, aunque lo recuperaron, nadie pago mucho por él así que lo donaron al Museo de Historia Natural de Alabama.
Caen aproximadamente 500 al año pero pocos se ven y pocos se recuperan; su impacto suele ser insignificante. La mayoría procede del cinturón de asteroides, entre las órbitas de Marte y Júpiter, cuando los asteroides chocan entre sí, la mayor parte de ellos se desintegra en cenizas y caen a la tierra. Los fragmentos restantes salen disparados en distintas direcciones y pueden cruzarse con la órbita terrestre, en este punto se les llama bólidos o meteoros. Si son atraídos por la gravedad de nuestro planeta y caen a Tierra, comienzan a desintegrarse en la atmósfera. "A medida que van ardiendo las distintas substancias que lo componen, se generan distintos colores" La mayoría se deshace por completo, y a esto se debe el fenómeno de "estrellas fugaces" que se ven en el cielo.
Cuando no se desintegran del todo, el bólido impacta en la tierra, con lo que se convierte en meteorito. La magnitud del choque depende del material del objeto (roca o metal), la velocidad y el ángulo al momento del choque. Mientras que algunos sólo generan temblores y mínimas repercusiones, otros pueden dejar cráteres de consideración, como el de Barringer, en Arizona.
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