Hacía poco más de una década que la aviación a motor había nacido y, en aquellos primeros meses de la Gran Guerra, nadie tenía una idea muy clara sobre cómo iban a participar los aeroplanos en el conflicto. Desde los primeros días de la guerra se emplearon aviones para bombardear objetivos en tierra, pero la lucha entre aviones al modo de caballeros del aire no se contemplaba como algo muy probable. Y todo fue por casualidad, porque el Voisin francés iba equipado con una ametralladora para realizar algunas pruebas de tiro y el Aviatik alemán contaba con una carabina que fue disparada, en un primer ataque, por el observador de aquel avión. El Voisin respondió, hiriendo al piloto del avión alemán que, al poco tiempo, cayó en picada. Fue así como iniciaron los combates aéreos.
Imagen: t3.gstatic.com
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